La orientación como deporte
Los próximos 24, 25, 26 y 27 de marzo tendrá lugar en la provincia de Pontevedra el Campeonato de España de Orientación a pie 2016 con sus modalidades de larga y media distancia, sprint y relevos y o-precisión que convertirá a la provincia de Pontevedra en centro neurálgico de la orientación nacional que se desarrollará en Pazos de Borbén (Moscoso), Marín-Vilaboa (Lago de Castiñeiras), Pontevedra (Acibal y centro ciudad) y O Grove (Siradella), organizado por el Club Montañeiros de Pontevedra – A Roelo (Aromon).
La orientación nace como práctica militar en Escandinavia, precisamente fue en Noruega donde se convirtió en deporte competitivo y en España es en el año 1972 cuando el profesor Martin Kronlund se encargó de la realización del primer mapa de orientación con normativa internacional. En 1988 se celebra la primera prueba internacional de orientación en nuestro país.
Podemos hablar de la orientación como deporte, que además, exige cualidades físicas e intelectuales tanto se practique como entretenimiento o competición. Se trata de una carrera individual o por equipos sobre terreno variado que tiene delimitado un recorrido por un conjunto de controles que el corredor deberá superar con la sola ayuda de un mapa y una brújula.
Sobre el terreno de juego o competición se concentran balizas con una pinza marcadora y los controles, que son puntos de paso obligatorio, se disponen en lugares característicos del terreno que están marcados sobre el mapa con círculos rojos. Será necesario que el orientador confirme su paso por cada control perforando la tarjeta con la pinza que hay sobre las balizas o introduciendo su tarjeta de control electrónica para que conste su paso. Elegir los mejores itinerarios e ir lo más rápido posible ayudará a realizar un buen tiempo en la carrera.
La orientación es un deporte que reúne ciertas características que lo convierten en una actividad muy atractiva por desarrollarse en un entorno natural y que permite estar en contacto con la Naturaleza, aúna el esfuerzo físico pero también mental para la lectura del mapa e interpretación de la brújula, la adquisición de conocimientos técnicos de aplicación a la vida cotidiana y la posibilidad de participar en cualquiera de las diferentes modalidades en las que se divide en función de la edad, la condición física o el nivel técnico.
