Carlos Maceiras Durán fue jugador de baloncesto durante su juventud, y ha entrenado equipos de todas las edades en los últimos treinta años. Ha dirigido equipos desde mini basket hasta senior en la comarca y ha trabajado en el CB Época, Sánchez Cantón, Laxe Marín, San Narciso, Peixe Galego, Celso Míguez y CB Baltar. Los últimos cinco años los ha dedicado a entrenar al Blanco Amor Ourense. Baloncesto es para él sinónimo de pasión.
En primer lugar, ¿Cómo llegas al mundo del baloncesto y que hace que te enganches a este deporte?
Llegué al Baloncesto por casualidad. En mi barrio de Barcelona, demolieron un edificio en cuyo bajo había una zapatería que tenía un tablero en el escaparate. Después de muchas dudas, con los amigos del barrio decidimos turnarnos y llevarnos el tablero a casa uno cada noche, le pusimos unas cuerdas y lo bajábamos a la calle. Un día al encestar dos o tres seguidas, dos amigos me dijeron :”¿Por qué no te apuntas que eres buenísimo?” Convencí a mi madre y así me apunté en el club de mi barrio.
Al llegar en el año 1985 a Pontevedra, no existían equipos federados en los que jugar, con lo cual en el año 1986, junto con un grupo de amigos y con el apoyo económico de los padres de una amiga, decidimos crear un equipo el CB Epoca, donde empecé como técnico.
¿Cuáles son las ventajas de la práctica del baloncesto en los niños?
El deporte en general, y el baloncesto en particular, puede ser una gran fuente en la formación de las personas. El papel de los entrenadores y profesores de niños (me gusta siempre que doy cursos de la FEGABA u otros, insistir en esto) es fundamental. En ocasiones los que preparan a jóvenes creen que trabajan con pura sangres que buscan esfuerzo, lucha y entrega. Creo que es importante al trabajar con los más jóvenes tener una visión más global y pensar en preparar deportistas, futuros aficionados o técnicos, que cada vez sepan y dominen más el baloncesto, más allá de la idea de sacar el mayor rendimiento individual y grupal en un momento determinado, refiriéndome siempre a las edades iniciales 9-14 años.
En tu opinión, ¿Qué valores transmite este deporte?
Seguí en el baloncesto porque, casi cuarenta años después, me apasiona, ya sea viendo un partido, entrenando un equipo o tirando unos tiros en una canasta de un parque. Me ha permitido conocer muchas personas, lugares , vivencias y desarrollarme como persona por los valores que el deporte en general y el baloncesto en particular transmite: espíritu de lucha, trabajo en equipo, aceptación de reglas, organización personal…
El baloncesto es uno de los deportes bases más populares, ¿Cómo valorarías su situación en Galicia?
En Galicia, en este momento hay un referente claro, el Obradoiro, y otros equipos que están un peldaño más bajo como Ourense, Breogán o Coruña. En la provincia de Pontevedra, sorprende el trabajo en el tiempo y la constancia de dos puntos como Marín y Cambados y en el lado contrario, que Vigo año tras año, no consiga sacar un equipo en una liga de un nivel mínimo para servir como reclamo para los aficionados. En el conjunto global gallego, sorprende que prácticamente no se cuente con jugadores gallegos a primer nivel y que algunos como Alberto Abalde, Barreiro…hayan tenido que formarse lejos de casa. En femenino, un histórico Arxil que sobrevive año tras año, movilizando a multitud de chicas y en la provincia plazas como Cortegada o Celta de Vigo, que siguen año tras año sacando equipo en ligas de una terrible dificultad económica.
Como entrenador, ¿Cuál es el mejor consejo que podrías darle a un jugador que quiera triunfar?
A los jugadores les diría siempre lo mismo. Diviértete y se reponsable. Es fundamental, recordar que esto es un juego y se apuntaron para pasárselo bien. Luego deben cuidar su cuerpo, respetar las normas, instalaciones y personas. Cuando tengan una buena educación deportiva, deben intentar ser lo más polivalentes posible como deportistas, jugar al mayor número de cosas, hacer múltiples actividades. Deben intentar practicar fuera del grupo, en un juego de acierto como es el baloncesto, nunca se entrena lo suficiente el tiro. Tener paciencia para superar adversidades: un entrenador que no te entiende, un tipo de juego que no te ayuda o un cuerpo en desigualdad física respecto a otros, es otro punto importante. Por último que tengan la visión de que el baloncesto es una fábrica en la que se puede uno ganar el sueldo de muchas maneras: anotando, cogiendo rebotes, dando pase en el momento y lugar correcto… no limitarse a pensar que para ayudar al equipo o para jugar bien, sólo es importante hacer puntos.
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