El modo de vida sedentario es aquel en el cual la actividad física que se realiza es mínima o prácticamente nula. El ejemplo más claro lo vemos en esa persona que se levanta por la mañana, acude a un trabajo de oficina en el cual pasa casi todo el tiempo sentado y que al terminar su jornada laboral vuelve en coche a su casa a sentarse a ver la TV hasta la hora de acostarse. Parece cómodo, ¿verdad? Quizás no lo veas de la misma forma al terminar de leer este artículo.
Tenemos la capacidad de desarrollar nuestro organismo en función de lo que le solicitemos. Si no le solicitamos nada, nada desarrollará, haciendo que nuestros sistemas (muscular, óseo, digestivo...) cada vez tengan menos posibilidades y vayan atrofiándose. Si además, a esto le añadimos una serie de hábitos negativos como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la mala alimentación, etc., tarde o temprano nos encontraremos con un organismo altamente perjudicado. En consecuencia, nuestra esperanza y calidad de vida se habrá acortado en varios años.
Las consecuencias del sedentarismo son mucho más trágicas de lo que podrían parecer en un principio. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física provoca en los países occidentales unos dos millones de muertes al año, que con sólo un poco de tiempo y voluntad podrían haberse evitado. En España, el 55% de los españoles encuestados ha admitido no dedicar “nada de tiempo” a realizar algún tipo de ejercicio físico, porcentaje que sube hasta un alarmante 65% si sólo contamos a los consultados mayores de 60 años.
Por suerte, hay esperanza para todos aquellos que hasta ahora han estado esgrimiendo los manidos argumentos del “no tengo tiempo” y “no me apetece”. La recuperación de la forma física puede ser un proceso bastante rápido, especialmente en gente joven y/o sin graves problemas de salud. Media hora de ejercicio al día cinco días a la semana es lo mínimo recomendado por los expertos para mantener una buena forma física, algo perfectamente factible para cualquier persona, sea cual sea su estado laboral o familiar.
Hay varias actividades físicas que no requieren ni mucho tiempo ni grandes esfuerzos, pudiendo ser realizadas por personas de todas las edades, como subir y bajar escaleras, caminar a paso ligero, correr, nadar y bailar. Otras actividades físicas relativamente “sencillas” como patinar y montar en bicicleta son además altamente lúdicas especialmente si se hacen en grupo, algo que siempre nos anima más. Obviamente, antes de decidirnos por una u otra actividad, hemos de ser conscientes de nuestra la edad y condición física. En todo caso, recomendamos a todos los “hasta hoy sedentarios” que consulten con su médico habitual antes de comenzar a realizar habitualmente una actividad deportiva.
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